David Icke, el famoso investigador británico de los reptilianos ocultos en la sociedad humana, escribió a propósito de una conferencia hecha en California por Maurice Doreal que, acompañado por dos hombres rubios de ojos azules,  ha visitado la ciudad subterránea de Telos, debajo del monte Shasta, en el norte de California:

«Doreal dice que le mostraron como los reptilianos "camaleón" se infiltraron en las sociedades humanas en su batalla por el control del planeta. Una manera de desenmascarar a estos seres metamórficos, dice, consiste en someterles a una prueba linguística. Se descubrió que a los reptilianos les resulta imposible pronunciar la palabra "kin-in-i-gin" (¡Vamos, apuesto a que no puedes resistirte!).»

«Doreal dice que en un esfuerzo desesperado por parar a los reptilianos, los "nórdicos" lanzaron uma "superarma" sobre la Antártida. Sugiere que la enorme explosión sacudió la Tierra y la hizo tambalear sobre su eje. Los polos se desplazaron y se produjeron enormes cataclismos. Otras colonias reptilianos sobrevivieron bajo tierra.»

(David Icke, Hijos de  Matrix, como una raza interdimensional controla el mundo desde hace miles de años, ,Ediciones Obelisco, Barcelona, pág. 222; el negrito el colocado por nosotros).

La palabra, el sonido, surge aquí como la marca diferenciadora de las diferentes especies animales. Los reptilianos no son verdaderamente humanos y su constitución no les permite imitar a los humanos en todos los tonos de voz. Nótese aún que la Antártida es, segun algunos autores, la región del globo a donde huyó Hitler en el caso de que no hubiera muerto en el bunker de Berlín el 30 de abril de 1945. La conexión de Hitler con los reptilianos permanece en abierto.

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