Hay dos definiciones distintas de empirismo (en griego, empeiria significa experiencia), hecho que no es percibido por la abrumadora mayoría de los profesores de filosofía y filósofos: en el orden generacional y en el orden constitutivo o entitativo.
Empirismo cuanto a la génesis de nuestros conocimientos o empirismo genético es la doctrina según la cual todo el conocimiento humano principia por la experiencia, por la sensación y percepción empírica. Se basa en la teoría de la tabla rasa. En este sentido, empirismo no excluye en absoluto al racionalismo, se compatibilizan según el principio de la (no) contradicción: se pude ser empirista cuanto a la génesis del conocimiento y racionalista cuanto a su ultimación, puesto que los sentidos dan la «piedra» o materia prima de las sensaciones y la razón obra como «albañil» o forma transformadora del material empírico. De ahí el empiro-racionalismo como corriente intermedia en la dualidad empirismo-racionalismo.
Empirismo cuanto a la entidad o constitutivo es la doctrina según la cual todo el conocimiento humano es de naturaleza empírica, de tal modo que las ideas y razonamientos son copias muy aproximadas de las sensaciones y percepciones. Ejemplos: el concepto de átomo se formó a partir de la representación de una bola (el núcleo) con círculos de alambre en su alrededor (las órbitas electrónicas); el concepto de caballo y el concepto de casa son formados, a manera de copias, a partir de las percepciones empíricas de caballo y de casa. Esta modalidad de empirismo es compatible con innatismo: ejemplo, es posible que los colores amarillos, rojo y otros estén innatos en nuestra sensibilidad de manera que cuando vemos algo amarillo o rojo estamos confirmando nuestros dados innatos.
«© (Direitos de autor para Francisco Limpo de Faria Queiroz)
Livraria online de Filosofia e Astrologia Histórica