Intentando la redución de una pluralidad de individuos a una sola espécie y de una pluralidad de especies a un sólo género, Aristóteles cayó en el platonismo más de prisa de lo que imaginara y naufragó en aporías.
Segun Aristóteles, hay esencia de hombre pero no hay esencia de hombre blanco. Blanco sería un accidente, una categoría de cualidad que se añade a la esencia «hombre».
«Y es que hombre blanco es blanco, pero su esencia no es ciertamente, aquello en que consiste ser-blanco. En qualquier caso, ¿ser-vestido constituye una esencia en sentido pleno? ¿O no? Desde luego la esencia es precisamente algo determinado, y cuando se predica de otra cosa, no es algo en si mismo determinado, por ejemplo, «hombre blanco» no es precisamente algo determinado, dado que el ser algo determinado pertenece exclusivamente a las sustancias (ousía). Por consiguiente hay esencia de todas aquellas cosas cuyo enunciado es definición.» (Aristóteles, Metafísica, 1029a-1030b).
Aquí se patentiza una de las dificultades de la teoría de Aristóteles: la negación de la esencia de las categorías accidentales, al menos en este texto. Hombre es algo determinado (einaí todí) pero blanco también lo es, aunque Aristóteles niega la última parte de esta proposición (el blanco como ser-determinado) en este pasaje.
El pensamiento de Aristóteles es el de que el blanco y cualquier color no pueden ser en sí mismo, por si (kath autó). Así se demarca de su maestro Platón. Entonces, blanco no puede ser sustancia, es decir, sujeto portador de una esencia (eidos). Si blanco no es materia prima indeterminada, ni sustrato individualizado, es, sin duda, esencia (forma específica), en cuanto cualidad capable de existir separada, y accidente en la realidad material ( ejemplo: rosa blanca; blanco es accidente porque la rosa pudiera ser roja).
Para tener coherencia, Aristóteles hubiera de admitir que hay esencia de hombre blanco, diferente a la esencia de hombre negro y a la de hombre asiático. El color de piel y otros rasgos físicos entran en la definición de cada espécie del género hombre. Pero para Aristóteles, hombre no es género sino espécie.
Hay, además, una contradicción entre lo enunciado por encima de Aristóteles el blanco y el hombre blanco no son esencias, no son determinados y el siguiente texto del filósofo:
«Y es que si las afecciones no existen aparte de las sustancias por ejemplo, estar en movimiento o blanco - «blanco» será anterior a «hombre blanco» cuanto à la definición, pero no en cuanto a la sustancia, puesto que no puede existir separado, sino que siempre se da conjuntamente en el compuesto (y llamo «compuesto» al hombre blanco). Es evidente, por tanto, que ni lo sustraído es anterior, ni lo añadido es posterior. Y es que «hombre blanco» se enuncia por adición de hombre a blanco» (Aristóteles, Metafísica, 1077b)
En este pasaje Aristóteles admite que blanco tiene definición, esencia, es decir, es algo determinado y anterior en lo que concierne a la esencia, no a la existencia a hombre blanco. Y debería decir que la suma de dos esencias (hombre y blanco) convierte una (blanco) en accidente de otra (hombre), lo que plantea el accidente no como una entidad absoluta sino relativa.
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