Teoría del conocimiento de Diego Sánchez Meca es una obra con apreciables méritos en la filosofía española, pero carece de comprensión de la filosofía de Kant, como sucede, alias, con la generalidad de los catedráticos del mundo de hoy. En 34 páginas escritas sobre Kant, Sánchez Meca no refiere una sola vez que, para Kant la materia, los objetos materiales son ilusiones, realidades aparentes, que desaparecerían si la mente del sujeto cognoscente, el yo, se extinguiera. Sin embargo, hace una cita de Kant que evidencia lo que afirmamos, de la cual no extrae la conclusión necesaria:
Sólo conocemos fenómenos
«Hemos pretendido afirmar que todas nuestras intuiciones no son más que una representación fenoménica; que las cosas que intuímos no son en sí mismas como las intuimos, ni suas relaciones tienen en sí mismas el carácter con que se nos manifiestan; que si suprimiéramos nuestro sujeto o simplemente el carácter subjetivo de los sentidos en general, todo el carácter de los objetos, todas sus relaciones espaciales y temporales, incluso el espacio y el tiempo mismos, desaparecerían. Como fenómenos, no pueden existir en sí mismos, sino sólo en nosotros. Permanece para nosotros absolutamente desconocido qué sean los objetos en sí, independientemente de toda esa receptividad de nuestra sensibilidad.» (Kant, I., Crítica de la Razón Pura, ed. cit., p.82-83) , citación in Diego Sánchez Meca, Teoría del Conocimiento, Dykinson, Madrid , 2001, pág. 286).
Sánchez Meca no acentúa el carácter de la materia como simple representación, es decir, de la totalidad de la materia, de la materia en sí misma, la materia ontológica y no sólo la materia del conocimiento, la materia gnoseológica, cuando escribe:
«Kant se propone, en su Crítica de la Razón pura, desarrollar la verdadera posibilidad fundamentadora del saber, que no puede buscarse en el nivel de la materia del conocimiento, sino que ha de encontrarse en la forma del conocimiento, o sea, en los elementos y funciones a priori que dan orden y unidad a aquellas impresiones».(Diego Sánchez Meca, Teoría del Conocimiento, Dykinson, Madrid , 2001, pág. 28).
Sánchez Meca, al igual que la prática totalidad de los académicos de hoy, no entendió el estatuto ontológico de la materia en la filosofía de Kant. El idealismo de Kant es, en esencia, lo mismo que el idealismo de George Berkeley, aunque Kant intenta disfrazarlo bautizando su idealismo transcendental de «realismo empírico», es decir, realismo en aparencia. Ejemplificando: las casas, los ríos, las nubes, los árboles, los animales y otros fenómenos físicos existen dentro de mi mente cósmica, «exterior», aunque fuera de mi pequeño cuerpo físico y sí mi Yo desapareciera todo el universo físico desapareciera puesto que este último no es real en sí mismo, está contenido en mí sensibilidad «externa». No existen el río-númeno, el árbol-númeno, la casa-númeno, el animal-númeno ya que los númenos no tienen forma ni materia, al revés de lo que piensan los malos intérpretes de Kant.
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Diego Sánchez Meca, aunque es un catedrático español de gran valía en la Filosofía, no interpreta correctamente, al igual que sus pares, el pensamiento de Kant, en la cuestión fundamental de la naturaleza de la materia. En 34 páginas que escribió sobre la doctrina de Kant en su libro Teoría del Conocimiento (Dikinson, Madrid, 2001) Sánchez Meca no hace una sola referencia a la idealidad/ inmaterialidad de los cuerpos materiales como, por ejemplo, árboles, nubes, piedras, en la teoría de Kant.
Escribe:
«El objeto de la investigación de Kant es el estudio de los elementos o funciones a priori que dan orden y unidad a las impresiones. Kant los encuentra en tres níveles distintos de la estructura del sujeto:
a) En el nivel de la sensibilidad (Estética transcendental) como formas del espacio y del tiempo, formas de organización que intervienen en los juicios sintéticos del conocimiento sensible.
b) En el nível del entendimiento (Analítica transcendental). Kant descubre las categorías como elementos que configuran las percepciones sensibles elevándolas a conocimento intelectual (...).
c) En la Dialéctica transcendental, Kant analiza las ideas de la razón, las cuales, referidas a cosas absolutas (Dios, alma, mundo) engendran ficciones o ilusiones.»
(Diego Sánchez Meca, Teoría del Conocimiento, Dykinson, Madrid, pp 276-277).
Lo que faltó decir es que la investigación de Kant se basa en la idea que la materia, el caos de la materia donde provienen los objetos como água, tierra, casa, etc, se halla dentro de la sensibilidad del sujeito, es decir, del espírito de éste, aunque fuera de su cuerpo físico, y, por lo tanto, la matéria es invención de la mente y es mental.
Pero en Sánchez Meca no hay ni una sola palabra sobre el carácter incorpóreo de los objetos visibles y tangibles. Una absoluta ignorancia sobre esta tesis fundamental de la ontognosiología de Kant:
«Deberíamos, sin embargo, recordar que los cuerpos no son objetos en sí mismos, que están presentes a nosotros, pero una simple manifestación fenoménica, no se sabe de que objeto desconocido ... que, por lo tanto,no es el movimiento de la materia que produce en nosotros representaciones, sino que él mismo (y por lo tanto también la materia que deviene cognoscible) es mera representación ... "(Kant, Crítica de la razón pura, Fundación Calouste Gulbenkian, Lisboa, pp 363-364 nota: la negrita es puesta por mí).
Esta crítica a Sánchez Meca es extensible a la universidad mundial dónde, al parecer, no hay siquiera un solo catedrático que haya intuído este aspecto esencial del idealismo de Kant, igual al de Berkeley en esta cuestión: la irrealidad de la materia.
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