Platón era gnóstico y, por supuesto, sostenía que la dualidad de princípios es el origen de todo. Aristóteles no planteó esa posición y criticó a Platón y a otros puesto que sostuvo que la ousía (sustancia) primaria está exenta de contrarios. El término Sustancia no mienta necesariamente un objecto material, significa un ente, material o formal o espiritual, individualizado. Escribió Aristóteles:
«Pues bien, todos ponen los contrários como princípios, tanto en el caso de las cosas físicas como en el caso de las sustancias (nota: en versión de Tomás Calvo Martínez: entidades) inmóviles. (...) Y es que, más bien, todas las cosas se generan a partir de contrarios a condicion de que haya algun sujeto. Es pues absolutamente necesario para los contrarios que lo haya. Los contrarios todos, en efecto, se predican siempre de un sujeto, y ninguno de ellos existe separado, mientras que la sustancia (ousía, en la tradución de Tomás Calvo Martínez, editorial Gredos: entidad) no tiene ningún contrario, como muestran claramente los hechos y corrobora el razonamiento. Por consiguiente ningún contrario es primariamente principio de todas las cosas, sino que (el principio) es otro». (Aristóteles, Metafísica, Libro XIV, 1087a , 30-35; 1087b, 0-5, pp 553- 554 de la versión de Gredos; el destaque en negrita es colocado por nosotros),
No es verdad lo que Aristoteles escribe: los contrarios no se predican de un sujeto, sino de dos sujetos. Aristóteles manifiesta un pensamiento antidialéctico al separar el uno de la dualidad: además su razoniamento isolacionista, no dialéctico, se patenteaba ya en la frase «pero lo Primero no tiene contrario alguno» (Metafísica, Libro XII, 1075b, 20-25, pág 500 de la versión de Gredos),. Si es verdad que puede decirse que la dualidad se predica del uno es igualmente verdad que el uno puede predicarse a partir de los dos contrarios originales diciendo «Díos y la chora o materia oscura eterna e incriada, según Platón, forman una unidad» La contrariedad es intrínseca al todo, lo que hace que nunca hubo un estado de unidad indivisible antes que surgiera la división de contrarios. Platón teorizó que los principios son el Uno y la Díada de lo Grande y lo Pequeño, y no el Uno aislado primariamente.
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