A música sacra é objecto da filosofia, como infinitos outros aspectos da realidade sensível e do pensamento. A teologia católica tradicional sustenta a existência de dois tipos de música perfeitamente distintos: a sacra e a profana. Num livro recém editado sobre a Maçonaria, a que pertencia o grande compositor Wolfang Amadeus Mozart, escreveu Ullate Fabo:
«Las características melódicas y tonales de las dulces composiciones del salzburgués agradan a cualquier espíritu, estimulando intensamente sentimientos de lasitud, de relajamiento, de deleite sensible, de armonía, de apaciguamiento. Sin embargo, ? son éstos los sentimientos que debe suscitar una composición religiosa? San Agustín diría que la música mozartiana «conmueve más por el canto que por lo que se canta». Estas melodías hacen que el alma se equivoque con facilidad y tome por acción espiritual lo que no és más que sensación carnal aunque, sin duda, se trate de una sensación refinada y selecta. Escuchando a Mozart entramos en un cierto recogimiento placentero por virtud de la música misma, pero ese recogimiento - que no varia en esencia si, en lugar de una composición "religiosa" de Mozart, escuchamos una "profana"- , es un repliegue sobre nosotros mismos, no una "elevación de la mente a Dios". Es la potencia misma de la música, y no "lo que se canta", lo que produce el efecto sensible y agradable que percibimos» (...)
«La Cábala no soporta la tensión entre creador y creación, y por eso inventó la "emanación", que se parece mucho a la creación, pero que es exactamente el contrario; el hermetismo no soporta la tensión entre la natureza y la gracia, y por eso encierra la gracia en la naturaleza. Para la concepción hermética, la vida espiritual consiste en despertar la gracia dormida en nuestra naturaleza. » (José Antonio Ullate Fabo, El Secreto Masónico Desvelado, Libros Libres, Madrid, 2007, pag, 247-248; o bold é colocado por nós)
Assim, segundo Ullate Fabo, a fruição da música sacra de Mozart é uma inflexão do homem sobre si mesmo, para a imanência, não uma saída de si para a transcendência divina. A música de Mozart reflectiria a tese emanacionista da Kaballah que sustenta não haver uma distinção rígida entre o criador e o criado, mas uma materialização progressiva do primeiro na escadaria de múltiplos degraus que é o universo criado. Tese interessante, embora discutível. Pergunto-me se, por exemplo, no «Requiem» de Mozart é discernível um carácter musical subtilmente profano, de pseudo sacralidade...
© (Direitos de autor para Francisco Limpo de Faria Queiroz)
Livraria online de Filosofia e Astrologia Histórica